Quiero respirarte hasta detenerme
instalado aquí,
en el silencioso vacío frente a la noche
cogido de tu mano.
Quiero tu tristeza universal
acostada aquí conmigo.
Quiero respirarte hasta morir
y así, tumbados,
absorber el poder de las hierbas y las plantas
y tomar el sol por las mañanas
o simplemente andar descalzos.
K. Balkintar
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